sábado, 27 de febrero de 2010

Welcome to paradise


Filipinas es un archipiélago de más de 7.000 islas, de las cuales he visitado sólo unas pocas. Sin embargo, sólo por ver El Nido ya merece la pena coger un avión, plantarse en Manila, visitar brevemente la ciudad (turísticamente hablando no da para mucho), salir de fiesta (ahí sí que da para bastante), empalmar con un avión hasta Puerto Princesa (capital de la isla de Palawan) a las 8 de la mañana y finalmente pasar 9 horas en una furgoneta cutre para llegar (por un camino de cabras) al objetivo fijado.
En todas las religiones el paraíso es un “destino” difícil de alcanzar, por lo tanto, parece lógico pensar que ocurra lo mismo con El Nido, y que llegar hasta él sea una pequeña tortura. Una vez en el paraíso la vida se ve de otra manera, multitud de pequeñas islas a cada cual más bonita. Viajes en barco de una a otra con paradas para bucear entre corales y comer pescado fresco. Con la única preocupación de tener que elegir de qué fruta será el próximo zumo natural que me tome.


No todo es perfecto en el paraíso, los mosquitos se ceban contigo, la ducha es un cacito que llenas de un cubo de agua fría y la electricidad es un bien un tanto escaso. Lo que para algunos a lo mejor es otra molestia, para mi fue un respiro, la “libertad digital”, (Ojo, no el pseudociber-panfleto fa…) sino conseguir estar una semana desconectado de la red.
En Filipinas,  a veces sientes como si estuvieras en un cuadro del postimpresionista Paul Gauguin, rodeado de naturaleza y de bellas mujeres de piel morena y lacio pelo color negro azabache. ¡Con razón dejó Francia (y sus franceses) y se marcho a Tahití! (que no es Filipinas pero queda cerca).

De vuelta del paraíso (6 horas en barca), pasamos por Sabang y su río subterráneo para después volver a Manila. Otra larga noche de fiesta y por la mañana avión de vuelta a Japón. Como broche cómico del viaje,  y para confirmar que todavía quedan vestigios de la colonización española, en la radio del taxi que me llevaba al aeropuerto sonaba el gran Chimo Bayo con su temazo "Así me gusta a mí".


Simplemente queda, como comprenderéis, recomendaros encarecidamente una visita a El Nido por lo menos una vez en la vida.

またね!

ミゲル

jueves, 25 de febrero de 2010

Tokio Blues


Anoche terminé de leer Tokio Blues, novela del autor japonés Haruki Murakami y nombre de este blog. Ya puedo dejar de considerarme pretencioso por nombrar a mi blog con el título de un libro que no he leído.
En realidad, originalmente, la novela no se llama Tokio Blues, sino ノルウェイの森 (Noruwei no mori). En ingles el título es la traducción directa "Norwegian Wood", lógico puesto que el título hace referencia a la canción homónima de "The Beatles", canción que le encanta a la dulce Naoko por cierto. En español, como ocurre en repetidas ocasiones, el título no tiene relación alguna con el original, por esta vez pase porque me gusta "Tokio Blues", XD.

Aquí la canción en cuestión:

viernes, 12 de febrero de 2010

Como mi tocayo

1571, Miguel López de Legazpi, si, igual que uno de los extremos de la línea 3 del metro de Madrid, que ya no lo es pues han alargado la línea hasta Villaverde Alto y......otra vez que me voy por las ramas.

1571, un tocayo mío, Miguel López de Legazpi (Gipuzcoano de pro), viaja bajo pabellón español (si Sabino Arana levantara la cabeza...) a la isla filipina Cebú. Posteriormente se traslada a la isla de Luzón, donde funda la ciudad, que a posteriori será capital, de Manila.

2010, un servidor, Miguel López de Pozuelo, se propone seguir los pasos del "Adelantado de Filipinas" y (sin brújula pero con cámara) redescubrir este bello archipiélago, origen de las famosas rosquillas cubiertas de chocolate (lo sé, es muy malo pero no he podido resistirme).

Si bien el nombre nos une, los objetivos son totalmente diferentes ya que no entra en mis planes adoctrinar a nadie en la fe cristiana y tampoco hostigar a los nativos en caso de que decidan que prefieren sus deidades paganas.

Espero que el viaje tenga enjundia suficiente para escribir una entrada larga en la que pueda relatar experiencias, recomendar parajes y también (por qué no) dar un poco de envidia que siempre da gustito.

Miguel

miércoles, 10 de febrero de 2010

Vas andando por una isla...

...la cual crees que es Koh Phangan, pero resulta que por un motivo que desconoces has pasado a estar en Melee Island, qué recuerdos, parece que fue hace mil años cuando ayudé a Guybrush Treepwood a convertirse en un gran pirata, y ahora voy y me lo encuentro en persona...

sábado, 6 de febrero de 2010

Nueva cara

Como el avezado lector habrá comprobado, "Tokio Blues" ha sido objeto de un pequeño "lavado de cara" por parte de su humilde autor.

El cambio no pretende ser meramente visual, sino que también atañe a lo contenidos. Habiendo descubierto la opción del enlace, así como la de subir vídeos he accedido a un mundo nuevo de posibilidades...

Aparte,  no quiero limitarme a entradas contando mis vivencias así que barajé dos opciones:

1- La primera era postear cada semana un proyecto nuevo que tenía en mente, unos sonetos, los cuales pretendían aunar el Cantar del mio Cid con letras del rapero americano 2pac. Sin embargo, sorprendentemente, cantar de gesta y gangsta rap no son tan compatibles como creía. Opté por la segunda opción.

2- Pequeñas entradas de un párrafo contando cualquier cosa graciosa,  reflexión audaz (todas las mias lo son) y/o cosa rara que pase por mi cabeza o por delante de mis ojos.

Para muestra un botón, dejo dos micro entradas (espero que no sean las dos últimas):


 Lo encontré paseando:
¿Te gustó Kill Bill?, ¿crees que el traje de Uma Thurman es tope fardón?,  convierte a tu hijo en Beatrix Kiddo!



¿Por qué la mayoría de las situaciones me recuerdan a un capítulo de los Simpsons?

El jueves pasado me monté por primera vez en el monorraíl de Tokio.
 






Antes de despedirme hasta la próxima entrada sólo quería recomendar un gran blog.

Miguel

lunes, 1 de febrero de 2010

Por fín el cuarto esta completo...

... y sólo he tardado un mes, XD.
El sábado pasado, a eso de las 12:50 de la mañana hacía acto de presencia en mi cuarto el último componente de esa hermosa familia que formamos mis muebles y yo. El frigorífico (れいぞうこ). Ya puedo volver a tener fresquitas mis manzanas, mi café en botella de plástico, el agua y las cervecitas.
Para celebrar tan fastuoso evento el destino ha querido que justo hoy llegara el paquete de rescate ibérico que me han mandado mis padres (gracias padres!!) así que durante unos días el contenido del frigorífico será ilustre si bien efímero (depende de como ande de saque). No sólo de comida vive el hombre y el paquete me ha provisto, por fin, de un elemento que en España, siendo común como es, no se le tiene la consideración que debería. La bayeta amarilla de toda la vida es un accesorio básico en la vida de todo joven independizado. La bayeta amarilla limpia, moja, seca, saca al perro (ah, eso no), pero bueno, que útil, ¡es!. ¡Pues aquí no tienen! Ya me entenderéis cuando estéis en un país sin bayetas amarillas.

Hacía mucho que no escribía y da la casualidad que justo hoy va y se pone a nevar. Mucho tiempo desde que vi la nieve por última vez, la verdad es que me ha puesto de buen humor, hasta la casa abandonada que se ve desde mi ventana tiene hoy un aspecto menos tétrico. Todo esto del buen humor es porque todavía no he salido a la calle, mañana por la mañana, pasando frio camino del trabajo seguro que me acuerdo de la familia de la nieve.