viernes, 30 de abril de 2010

Pero la primavera no llegaba...

Hace ya un mes que escribí por última vez, acababa de venir de Corea y empezaba la primavera en Tokio.....

Hoy me pongo a escribir por fin tras un mes de apatía redactora y la primavera todavía no ha llegado a Tokio. En este mes han pasado muchas cosas mientras se alternaban las nubes y los claros, mientras la primavera no llegaba.

Recibí la primera visita de ex-compañeros de clase en el máster (actualmente compañeros becarios) desde zonas tan diversas del planeta como Dusseldorf, Los Ángeles, Pekín y Shanghai. Puestos a tirarme flores, todo un ejercicio de coordinación de grupos y programación de agendas (para mí que tengo futuro en la organización de eventos). Días de fiesta, turismo y cansancio, pero sobre todo días llenos del buen rollo que da el reencuentro con los buenos amigos. Días en los que la primavera no llegaba.

Junto con mis compañeros llegó también el "Sakura", que es el nombre que recibe el florecimiento de los cerezos en Japón. Ocurre en primavera y es una de las épocas más bonitas para visitar Japón. Los fines de semana los japoneses se van al parque y montan un señor picnic (full equiped) con mantitas para sentarse, comida, bebida, no falta de nada. Este característico picnic se llama "Hanami" en japonés y los parques se llenan de gente hasta que no hay prácticamente sitio para sentarse, este año también, a pesar de que hacía bastante frio. Como ejemplo de lo civilizados que son en este país, al terminar el festejo, en un parque más grande que el retiro quedaba en el suelo menos desperdicios que en cualquier lugar de Madrid donde hayan hecho botellón 10 personas. La cara que se nos quedó a Mario y a mi fue de impresión. Para Maki, amiga japonesa que vino con nosotros (los tres aparecemos en la foto), era lo más normal del mundo el no dejar basura en el suelo. Eran días de de árboles en flor, pero sin embargo la primavera no llegaba.


Después de mis compañeros, y justo acabado el Sakura aterrizaron en Tokio mis padres. Un par de semanitas de turisteo tokiota entre semana y de visitas dentro de Japón en el fin de semana. A parte de volver a visitar Kioto, Nara y Osaka, también tuve tiempo de visitar Hiroshima y Miyajima.

Miyajima es una pequeña isla en frente de Hiroshima, la verdad es que es de los lugares que he visitado de Japón que más me ha gustado, tiene un templo y una puerta (la de la foto) a los cuales cubre parcialmente la marea cuando está alta por las mañanas. Un sitio precioso.


Hiroshima por desgracia no tengo que presentarla. Es una ciudad que por su triste historia no tiene interés en lo que a templos o edificios tradicionales se refiere. En la foto aparece un edificio que milagrosamente quedó en pie después de que estallase la bomba, ahora convertido en un monumento contra la guerra junto con el parque memorial adyacente. Visitar esta zona te lleva necesariamente  a reflexionar sobre lo que los ciudadanos de Hiroshima sufrieron, escalofriante es el momento en el que te das cuenta que 500 metro sobre ti está exactamente el punto donde se detonó la bomba atómica el 6 de agosto de 1945. Los datos son los datos, y por muchas historias que quieran contarnos siguen siendo los Estados Unidos de Norteamérica el único país que ha lanzado no una, sino 2 bombas atómicas.  Esa noche hacía mejor tiempo, pero mis sensaciones eran de puro invierno.

Desde hace dos días parece que la primavera ha llegado finalmente, mis compañeros aquí aprovechan unos días de fiesta, junto con días vacaciones, para irse a Singapur e Indonesia. Yo por mi parte me quedo en Tokio ya que por temas de trabajo no puedo cogerme esos días de vacaciones (ahora soy yo el que tiene envidia). Por lo menos parece que por fin podré disfrutar de la moto que me compré en diciembre y que apenas he podido utilizar más que para ir a trabajo. Buen tiempo, moto y cazadora de cuero, todo lo necesario para ser un "rider".