sábado, 23 de octubre de 2010

De paseo por la Gran Muralla

Hace ya casi un mes que no escribo y son varias las entradas que tenía pensado hacer que ya han "caducado" y no creo que escriba. Ha sido un periodo con muchas visitas lo cual contribuyó a un exiguo tiempo para poder escribir. De vuelta de mi penúltimo viaje y con más calma me enfrento, como mis compañeros, a los procesos de selección que darán con nuestros huesos en alguna empresa española en algún lugar del planeta. Estos días/semanas/meses que quedan hasta saber qué nos depara el futuro serán un tanto raros, especialmente porque coinciden con mis últimos meses de la primera fase de mi beca y mi despedida definitiva o temporal de Tokio y su blues. Por si fuera poco, además, tengo que ir pensando en el nuevo nombre que le pondré al blog (salvo si me quedo por aquí otro año) y si habré de cambiar el blues por un swing, un vals o un chotis.
De momento, me evadiré de tan problemáticas decisiones contando un poco mi último viaje. Lo primero, agradecer a mis compis de Pekín y Shanghai la hospitalidad, que ha sido espléndida. Pasé siete días en Pekín (que me pareció espectacular) y dos en Shanghai (que me pareció una ciudad bastante normalita, la verdad).

De Shanghai no hay mucho que contar como ciudad, lo más remarcable el skyline del otro lado del rio que se ve desde el Bund.



Pekín es una ciudad que merece mucho la pena visitar. Aparte de los ya conocidos monumentos (Ciudad prohibida, Tiananmen etc) y los menos conocidos ( Palacio de Verano, Parque Beihai etc...) la ciudad tiene mucha vida y un par de zonas que me gustaron especialmente, Nan Lou Gu Xiang y el 798.



Nan Lou Gu Xiang es una calle que atraviesa una zona de Hutongs, que son callejones que forman el casco antiguo de Pekín. Estas zonas están siendo demolidas por el gobierno chino y cada vez quedan menos. La calle en cuestión está llena de tiendas y cafés muy chulos y es una zona muy agradable para dar paseos y luego tomarse un café tranquilamente (advertencia, el café en China es malo y caro).



El 798 es una antigua zona industrial reformada en barrio dedicado al arte. Aunque algunas factorías siguen en activo, la mayoría han dejado paso a infinidad de galerías de arte, cafeterías, tiendas de discos y centros donde los artistas tanto chinos como extranjeros exponen sus obras. A través de las diferentes calles de este barrio se suceden obras de arte, las cuales son renovadas y cambiadas de lugar periódicamente. Sin duda, para mí, la zona estrella de Pekín.



El coste de la vida en Pekín también es digno de mención (la diferencia en la relación precio/metros cuadrados de casa con Tokio me hace llorar). Comidas para tres por siete euros (a repartir), barras libres de comer y beber en un Teppanyaki japonés por 15 euros, cervezas a un euro en algunos bares... para volverse loco, vamos. Mención aparte para los mercados de ropa que exacerban el consumismo brutal hasta en el más comedido, tanto la ropa a medida como la "ropa de marca".

Con la siguiente foto mato dos pájaros de un tiro. Por un lado es el edificio de la CCTV (Central China Television) del arquitecto Rem Koolhass, a la vez hito de la arquitectura moderna y un buen ejemplo de que jugar con fuegos artificiales tiene su riesgo. Por otro lado, y como se aprecia "claramente" en la foto, es el nivel de polución brutal que sufre la ciudad de Pekin. Porque sí, esa niebla que se ve y que no dejaba ver nada a escasos metros de distancia está formada básicamente por mierda. Menos mal que las autoridades Chinas se percataron de mi visita y decidieron mandar los cohetes al cielo para que esa misma noche diluviara y yo pudiera disfrutar el resto de los días de un cielo azul bastante más agradable que ese. Para el que no se crea lo de la polución aquí dejo una web que informa sobre la calidad del aire en Pekín en la que repite alarmantemente la palabra "unhealthy": http://twitter.com/beijingair ; http://iphone.bjair.info/



Si lo que se quiere es respirar un poco de aire más puro la mejor opción es la, por otro lado obligada, escapada a la Gran Muralla. La verdad es que disfruté mucho con la visita, aunque he de autocorregirme el título de la entrada ya que más que pasear fue triscar lo que hicimos. Importantes cuestas. Pobres los que, según cuentan en las guías, utilizaban la muralla de ruta comercial porque debían llegar a destino deslomados. 

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