Se pueden destacar muchas cosas, pero para mí una de las mejores partes del viaje fueron los días que estuvimos en Fraser Island. Este paraíso en la costa este australiana es una isla de 120 km de largo y 24 de ancho formada casi exclusivamente de arena. Su tamaño es 200 km cuadrados menos que la isla de Tenerife y su población es de 360 personas aproximadamente, para que os hagais una idea. Para recorrerla es necesario un todoterreno con el que puedes conducir por los caminos interiores y a 80 km/h por una playa de más de 90km de longitud, una autentica pasada. Siempre atento de que las mareas altas no te pillen donde no debieran, lo mejor es marcarse una buena barbacoa a base de carne de ternera australiana y canguro antes de pasar la noche en alguna de las cabañas de la isla. Bosques, lagos, playas y dingos abundan en este paraiso que no hay que perderse si se va a la costa oeste de Australia. Para muestra un botón:
Fraser Island
El resto de los destinos a los que fuimos también merecen mucho la pena tanto por las playas y el buen rollo de Byron Bay como la tranquilidad y los koalas de Noosa.
Byron Bay
Byron Bay
Noosa
Noosa
Sydney es una ciudad, en mi opinión, diseñada para el verano, donde las zonas para pasear, los puertos y las playas hacen que la ciudad sea una pasada. Más dudas me genera la ciudad en invierno, aunque realmente no se a qué temperaturas se llega en Sydney cuando es invierno. Mención especial por supuesto para la Opera.
Sydney (Bondi Beach)
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