miércoles, 17 de agosto de 2011

Second hand y la importancia de conocer el significado

Mis paseos por Tokio nunca son en balde, y extraña es la vez que no veo algo nuevo y/o raro, me cruzo con alguien interesante y/o raro o me veo inmerso en una situación divertida y/o rara.
El verano es temporada de visitas en la especie de "free guesthouse" que tengo montada en casa desde que aterricé en Tokyo hace ya casi dos años (cómo pasa el tiempo), y por lo tanto es momento de pasear de nuevo por gran parte de esos rincones que hacen tan especial a esta ciudad. Las visitas suelen pensar que debe ser un tanto aburrido para mi volver a pasar por las mismas calles guiando/acompañando a la gente una y otra vez. Nada más lejos de la realidad, ya que en Tokio prácticamente siempre ocurre algo novedoso al salir a la calle.

Esta vez fue en Harajuku, donde entre tienda y tienda encontré una de segunda mano con varias prendas que me llamaron la atención. Primero fue una colección de camisas de Estados Unidos de diferentes uniformes, perfecto para todo aquel que siempre haya deseado ir vestido como "John el que te llena el depósito", "Harry el ATS de la ambulancia" o como el de la foto "Bill el segurata".



La marca japonesa de ropa Uniqlo ha sacado una línea de camisetas con logos de marcas famosas en Japón como Heinz, Jinro etc...qué ilusión que también haya espacio para marcas españolas:



Por último, encontré una serie de camisetas antiguas de diferentes procedencias, como universidades en EEUU, asociaciones en Canadá, etc... Me llenó de intriga saber quién será el jefazo japonés que llevará, como si fuera la última moda, la camiseta del campamento 2005 de la Iglesia Bautista Boon (oso Yogui incluido) o la camiseta recalcando el orgullo de haber servido en la guerra de Vietnam.




Esta camiseta es otra versión de lo que comentaba anteriormente en otra entrada, la tendencia japonesa a usar palabras en otros idiomas sin saber realmente lo que significan, o lo ya lamentable: de en un restaurante de algún país (español por ejemplo) que los nombres de los platos sean erróneos....Qué les costará coger un diccionario o mirar en internet!!!!
Todo hay que decirlo, esta tendencia no es sólo japonesa ya que por España hay más de un campeón llevando camisetas o incluso un tatuaje con, por ejemplo, Kanjis que realmente no significan lo que el portador de los mismos piensa. Ya exagerando, alguien llevará un tatuaje pensando que pone "VALOR, HONOR y FUERZA" y el que realmente lo entienda leerá: "Tengo un perrito rojo que se hace pis por las mañanas", y si no, al tiempo ^^.

lunes, 8 de agosto de 2011

Primer viaje motero, esta vez sí!


Esta vez sí, conseguí hacer mi primer viaje motero. Me fui con unos amigos a Chiba, prefectura contigua a la de Tokio, para escapar de la ciudad y pasar un fin de semana en la playita (primera vez desde que estoy en Tokio). Si bien el primer día no nos hizo buen tiempo, el domingo fue todo lo contrario y pasamos el día muy relajado en la playa de "Shirasato" comprobando las diferencias entre las playas españolas y las japonesas, a saber:
Malotes de playa llenos de tatuajes.......pero siempre con un punto de ternura.
Muchos "playingueros" con tiendas de campañas para resguardarse del sol (Nosotros, tirados en la playa con una toalla y poco más, lo que contribuyó sin duda a mi rojizo tono de piel post-playero).
Vigilantes de la playa faltos de cualquier tipo de carisma y autoridad, etc...

Aprovechamos también la tarde del sábado y el mediodía del domingo para pasarnos por el festival de Tanabata de un pueblo cercano llamado Mobara, donde pudimos comer en varios de los muchos chiringuitos que había así como ver las celebraciones típicas de los pueblos japoneses, que le da un toque más auténtico que los que puedes ver en Tokio.






Conclusión final, los viajes moteros molan y Chiba es un lugar perfecto para marcarse una escapada de fin de semana en moto.

lunes, 1 de agosto de 2011

Guante blanco

Últimamente estoy pensando en pasarme al crimen de guante blanco. Es una idea que me rondaba la cabeza y ahora que he descubierto que tengo a tres pasos de mi trabajo la oficina del registro mercantil de las Islas Marshall he pensado que crearme una cuenta y una empresilla en este paraíso fiscal no es mala manera de introducirme en este mundo.



Como todo el mundo sabe, el crimen de guante blanco es el mejor tipo de crimen posible. No te "ensucias las manos" con temas violentos, como los mafiosos, y las posibilidades de acabar en la cárcel son inmensamente inferiores a las de cualquier pobre inmigrante en situación irregular (¡nadie es ilegal!) al que la poli  pille trapicheando con 100 euros de hachís (si eres un españolito conduciendo el coche de tus padres como mucho te pondrán una multilla o te lo requisarán para luego.......ellos...).

Tengo el plan muy bien trazado: en esta cuenta (donde se perderá la pista al dinero) ingresaré el fruto de las arduas corruptelas que diseñaré en cuanto asuma mi primer cargo público (para eso están, ¿no?).

Pero antes tengo que conseguir ese cargo público, ¿cómo?...Tranquilos, todo está planeado. Para empezar,  tengo que aprovecharme de esa máxima que dice que  el ser humano es inteligente, las masas tontas y el votante directamente tonto del culo. Tras las últimas elecciones ya sé cómo hacerlo; me presentaré a una alcaldía donde el alcalde sea del partido en el Gobierno, me dedicaré a darle caña al Gobierno central y la gente me votará para castigarlo sin tener en cuenta los méritios o deméritos del actual alcalde, que es realmente al que se vota/deja de votar, aunque al votante eso se la sude (lo que me hace pensar que el votante no es tonto del culo, o no todos, y lo que pasa es que se la suda todo).

El primer paso ya está, soy alcalde. El segundo paso es subirme el sueldo un 30%, que son tiempos de crisis y hay que sacar de donde se pueda. El tercer paso es aspirar a cotas más altas, un poco más de corrupción, moreno anual, unos cuantos trajes y ya soy presidente Regional, al votante le da igual porque se dedica a castigar al Gobierno Central. Me subo el sueldo mientras pienso en el siguiente paso......siempre he querido ser senador. Los senadores, la verdad, tampoco tienen tanto trabajo, los diputados tampoco pero me mola más el término senador. Esto que digo no puedo asegurarlo ya que hablo de oídas, pero si a Sánchez Dragó le vale para decir sandeces sobre Japón a mí también. Una vez sea senador podré hacer muchas más cosas; una que no fallará (aparte de subirme el sueldo) será ponerme cachas en el gimnasio del Senado para poder mandar fotos subidas de tono a alguna que otra moza de buen ver o acosar a mujeres valiéndome de mi estatus político (corriendo el riesgo de que, conociendo mi fama, me intenten preparar una encerrona en un Sofitel).

Será entonces hora de terminar mi carrera política y centrarme en los negocios. Posibilidades muchas, ya que en ese momento mi cuenta de las Islas Marshall estará bien llena. Esto tengo que pensarlo más, puesto que varias de mis ideas ya han sido utilizadas. Véase: montar un emporio de la comunicación y dedicarme a hacer escuchas ilegales, entrar en una sociedad de derechos de autor y llevármelo crudo, o robar unos cuantos de millones de dólares. Pensándolo mejor también puedo crear una agencia crediticia y empezar a calificar deudas soberanas y bonos a mi antojo y en base a mis intereses espurios.

Así me aseguraría un brillante porvenir. Qué pena que creo que al final no podré hacer eso, tengo algo aquí dentro del cuerpo que no me permitiría hacerlo. Lo que sí  me pide el cuerpo de vez en cuando, y desde hace unos cuantos años, es mandarlo todo a la mierda y subirme al monte, o aprovechar que estoy en Asia y perderme en una islas con unos cocos y algo de ron. Esa es la opción fácil, la complicada es estar ahí para cambiar las cosas. Para reivindicar tu derecho a cambiar lo que no está bien, tu derecho a no votar. A no votar porque el sistema es una mierda, por no creer en el sistema, aunque así me acusen de hacerle el juego a la derecha o a la izquierda, aunque realmente al que tendría que hacerle el juego es a mí, que soy el que necesitaré mi voto para llegar a ser alcalde.